Messi gana su séptimo Balón de Oro
El astro argentino consiguió su séptimo Balón de Oro, luego de ser elegido como el mejor jugador del mundo

La diferencia entre Leo Messi y el resto quedó anoche patente en París, donde el argentino alzó su séptimo Balón de Oro tras superar en las votaciones a Robert Lewandowski, Jorginho y Karim Benzema. A los 34 años, el argentino ni siquiera ha necesitado una temporada de altos vuelos para convencer a los 180 periodistas que daban forma al cuadro de honor, donde ya aventaja en dos trofeos a Cristiano Ronaldo, sexto clasificado. La estrella del PSG tampoco encuentra aún réplica entre los llamados a tomar su estandarte. Kylian Mbappe, noveno, y Erling Haaland, undécimo, ni siquiera supusieron una amenaza a su tiranía.
Tras un año desierto, por culpa de la pandemia, el Balón de Oro regresó al punto exacto donde lo había dejado Messi. No obstante, a diferencia de los seis precedentes, esta vez fue la selección -y no su club- el factor que decantaría el éxito. Tras tres finales perdidas con Argentina (2014-2016), el título de la Copa América del pasado julio arruinaba cualquier opción a Lewandowski, que debió resignarse a la distinción al mejor delantero y al consuelo, con carácter retroactivo, del propio Messi: "Todo el mundo estaba de acuerdo en que fuiste el ganador de 2020. Te lo mereciste y te lo ganaste el año pasado y ojalá France Football pueda otorgártelo".
Al cierre de las votaciones, el pasado 25 de octubre, Messi había sumado 41 goles y 14 asistencias en 56 partidos con Barcelona, selección argentina y PSG. Unas cifras por debajo del registro de Lewandowski (54 y 7), aunque a la par de las de Benzema y Mbappé (35 y 13; 37 y 15). Lo más asombroso del asunto es que este registro de La Pulga ha sido un calco de 2009, cuando alzó su primer Balón de Oro (41 goles y 15 asistencias). La mejor evidencia de su poder frente al paso del tiempo se refleja en otro dato: de los 10 primeros clasificados de aquella edición, sólo Cristiano y Zlatan Ibrahimovic siguen en activo.
LA SORPRESA DE ALONSO
Nada faltó en la escenografía de una ceremonia seguida por 800 millones de personas a lo largo y ancho del planeta. El recorrido del trofeo hacia el Théâtre du Châtelet, a bordo de un Alpine A110S naranja fuego pilotado por Fernando Alonso y Esteban Ocon, fue el preludio de las fanfarrias y colorines de la alfombra roja. Por orden inverso a su lugar en el podio, Lewandowski, Mbappé y Messi fueron recibidos como estrellas del rock. Nada más bajar de la mano de Antonella de la limusina, Thiago, Mateo y Ciro Messi, presumían del mismo terno tachonado de brillantes de su padre.
Mientras Nasser Al-Khelaifi y Leonardo negaban cualquier reunión del PSG con Zinedine Zidane, el representante del Real Madrid, Emilio Butragueño, recibía los abucheos con ejemplar estoicismo. En el acto, cómo no, se echó en falta a Benzema y a Cristiano, que acostumbra a saltarse estos actos cuando no se sabe vencedor. La presencia del portugués sólo cobró forma a través de un contundente mensaje contra France Football, la organizadora del evento. En concreto, Cristiano acusaba a Pascal Ferré, redactor jefe de la revista, de mentir en un reciente artículo en el que aseguraba que su única ambición es retirarse con más Balones de Oro que Messi.